21 marzo 2018

Biodisponibilidad de los nutrientes

Según la FDA (Food and Drug Administration), la biodisponibilidad de un nutriente representa la velocidad y cantidad con la que dicho nutriente, o parte de éste, es absorbido y se hace disponible en su lugar de acción (en este caso, la sangre).

El primer paso para hacer que un nutriente sea biodisponible es liberarlo de la «matriz» del alimento y convertirlo en una forma química que pueda ser absorbida por la mucosa digestiva, por lo que depende de una correcta masticación y una adecuada función enzimática del sistema digestivo. Por ejemplo, para poder aprovechar la glucosa presente en el arroz, debemos de masticar ese arroz y digerirlo con las enzimas. Lo mismo ocurre para asimilar la prolina (un aminoácido presente en las proteínas del pollo), o para aprovechar los ácidos grasos omega 3 que lleva un aceite de pescado.

Pese a que existe la biodisponibilidad teórica, encontramos numerosos factores que la modifican, aumentando o disminuyendo su valor real (muy bien resumidos  por Peter Pressman y colaboradores en la revista SAGE; así como detallados en profundidad por Rosalind S. Gibson, de manera que para elaborar un alimento asimilable y útil para nuestras mascotas, se han de tener muy en cuenta.

   

Sin entrar en profundidad, y para que te hagas una idea de la complejidad del asunto, te citamos alguno de esos factores que alteran la biodisponibilidad de un nutriente:

  • Tipo de cocinado del ingrediente (¿Hervido u horneado?, por ejemplo).
  • Origen del ingrediente (¿Fuente animal o vegetal?).
  • Forma química del nutriente (¿Orgánica o inorgánica?).
  • Interacciones con otros ingredientes y nutrientes (por ejemplo, la vitamina C aumenta la biodisponibilidad del hierro, por lo que se aprovecha mejor el hierro si se añaden juntos en el alimento).
  • Interacciones con medicamentos (por ejemplo, el uso de algunos antibióticos puede disminuir la asimilación de zinc).
  • Cambios en la dieta (al cambiar de una receta a otra se puede alterar la mucosa digestiva, sin causar síntomas externos, pero afectando a la biodisponibilidad de los nutrientes que se ingieran durante varias semanas).
  • Estado de la mucosa digestiva (por ejemplo, tener una menor secreción ácida en el estómago dificulta la asimilación de vitamina B12).
  • Estados fisiológicos (en épocas de crecimiento y en la lactancia se asimilan mejor los nutrientes).
  • Estados patológicos (por ejemplo, tener Helicobacter pylori, frecuente en úlceras y gastritis, afecta también a la biodisponibilidad de la vitamina B12).
  • Factores individuales como la raza, el sexo, la edad y el nivel de actividad física también influyen.

Por lo que, por ejemplo, la biodisponibilidad de ciertas vitaminas puede disminuir según el estado de la microbiota o flora intestinal; o  aumentar por el cocinado, como es el caso de los carotenoides según concluyen Kavin H.van het Hof y sus colaboradores en The Journal of Nutrition entre otros.

En conclusión, recuerda que para que un alimento para tu mascota sea nutritivo, sus ingredientes deben de tener nutrientes con una alta biodisponibilidad.

Si quieres profundizar en los otros parámetros que definen la calidad y la eficacia nutricional de un ingrediente, entra en valor biológico y digestibilidad.