Ante la infinidad de posibilidades que nos ofrece el verano y, ante el valioso y tan deseado tiempo que nos regala para disfrutar de los nuestros, no debemos bajar la guardia ni un solo minuto cuando se trata de prevenir y cuidar la salud de nuestro fiel, querido y mejor amigo de todos.
Las altas temperaturas, la humedad y la sensación de sofoco afectan a los perros tanto como a nosotros. Su apetito disminuye, sus almohadillas plantares pueden “quemarse” con el calor del asfalto y su baja capacidad para sudar y refrigerarse, puede jugarle una mala pasada que acabe en el tan temido golpe de calor.
Os ofrecemos algunos consejos prácticos que esperamos os ayuden a pasar las horas de calor del modo más saludable posible.
Aliméntalo e hidrátalo
Dado que las necesidades calóricas básicas son menores en verano (ya que no destinan energía a la termorregulación del cuerpo), su apetito puede verse disminuido. Un buen modo de asegurarnos que se alimenta correctamente es ofreciéndole dietas húmedas. De este modo, disfrutan comiendo mientras nos asegurarnos que se hidratan correctamente.
Cambia sus rutinas de paseo
Evitemos al máximo realizar actividades con ellos en las horas de mayor calor y exposición al sol. La primera y la última hora del día son los momentos ideales para pasear, jugar y divertirse al aire libre. Recordad que su sensación de calor es mucho mayor que la nuestra. Tengamos siempre a mano agua limpia y fresca.
Protege sus almohadillas
Sus almohadillas plantares sufren del mismo modo que nosotros sentimos sensación de quemazón cuando pisamos el asfalto o la arena de la playa en pleno sol. Para evitar que se estríen o ulceren es recomendable protegerlas con cremas especialmente preparadas para ello antes y después de los paseos.
Cuida su piel y trufa
Si tu perro es de piel clara, tiene el pelo muy corto o tiene la trufa rosadita podemos evitar que se queme o irrite la piel con una crema protectora. No existen cremas especiales para perros, pero una crema específica para niños, factor 30, sin olor, hipoalergénica y en aerosol puede ser ideal para estos casos.
Cuida sus horas de descanso
Refréscalo
Toda precaución es poca cuando se trata de controlar su sensación térmica. Además de buscar un rincón fresco para su descanso, existen innumerables opciones para que se refresque. Podemos ofrecerle desde una toalla húmeda en el suelo, hasta un manguerazo o un baño fresquito en la bañera o ducha de casa- siempre y cuando no le tenga miedo-.
Si además de tener espacio le gusta el agua podemos habilitarle una piscinita para niños o buscar excursiones en zonas de ríos o mar.
Cuidado con el golpe de calor
Debido a su dificultad para refrigerarse por sí solos ya que no tienen, como nosotros, la capacidad de sudar, la probabilidad de sufrir un golpe de calor es mucho mayor que la nuestra. Si su temperatura corporal sube más allá de los 42 grados, las consecuencias pueden ser fatales. Este aumento de temperatura puede darse en multitud de ocasiones entre las que destacan el interior de un coche, falta de agua o sombra y paseos a pleno sol.
Existen algunos factores que predisponen a sufrir el golpe de calor: Animales ancianos o cachorros, razas con el hocico chato o braquicéfalas, perros enfermos o convalecientes y finalmente, perros obesos. Con todos ellos, ¡especial cuidado!
Los signos de alerta bajo los cuales debemos actuar rápidamente llevándolo al veterinario son: jadeo intenso, nerviosismo, hipersalivación o desmayo.
En resumen, ante la infinidad de posibilidades que nos ofrece el verano, y el valioso y tan deseado tiempo que nos regala para disfrutar de los nuestros, no debemos bajar la guardia ni un solo minuto cuando se trata de prevenir y cuidar la salud de nuestro fiel, querido y mejor amigo de todos.