22 julio 2019

Las almohadillas plantares del perro

Las almohadillas plantares son el equivalente a la suela de nuestros zapatos, es decir, sirven para protegernos del suelo y nos amortiguan al andar.

En condiciones normales, los paseos y la rutina diaria van fortaleciendo sus almohadillas día a día y de manera natural.

Cuando son cachorros, sus almohadillas son rosas y blanditas y, salvo excesos de actividad, van cogiendo fuerza día tras día.  Es importante acostumbrarlos desde pequeñitos a todo tipo de superficies para que cuando sean mayores no se incomoden.

Resulta conveniente alternar el paseo del cachorro por asfalto con la de zonas verdes. Este es un método ideal, no sólo para evitar el desgaste, sino también para ir acostumbrando sus almohadillas al asfalto. De este modo, vamos dando tiempo a las almohadillas a que se endurezcan poco a poco.

La edad también influye. Con el paso del tiempo las almohadillas van haciéndose más resistentes, hasta llegar al punto de engrosarse en exceso en animales de edad avanzada.


¿Cuáles son las lesiones más típicas?

 

Al estar siempre expuestas, las almohadillas plantares pueden desgastarse, cortarse o erosionarse, debido al contacto directo con el suelo o superficies rugosas.

Aunque la piel que cubre las almohadillas del perro es muy resistente, los excesos de calor, largas excursiones u objetos punzantes pueden dañarlas.Debemos acudir al veterinario para que revise sus almohadillas si aparecen los siguientes síntomas:

  • Hiperqueratosis o engrosamiento excesivo de la piel que forma la base de las almohadillas plantares. Es frecuente en perros obesos o de edad avanzada, así como en ciertas enfermedades como la leishmaniosis.
  • Grietas: Son más frecuentes en los perros que sufren hiperqueratosis. Debemos tener cuidado de ellas, ya que pueden producir dolor, inflamación e infección.
  • Cortes: Se producen al pisar algún objeto puntiagudo como cristales, latas o clavos. Es importante parar el sangrado protegiendo la patita con un pañuelo o gasa limpia.
  • Quemaduras: El calor del asfalto en verano o la excesiva temperatura de la arena de la playa pueden provocar pequeñas úlceras en sus almohadillas. Es recomendable evitar el contacto directo con estas superficies durante las horas de mayor calor.

Aunque parezca contradictorio, un exceso de frío puede producir el mismo efecto. Tendremos las mismas precauciones si llevamos a nuestros peludos a la nieve.

 

  • Espigas: Las espigas son siempre un elemento de peligro para nuestros perros, sobre todo en primavera y verano, cuando los campos de cereales están en plena floración.
Una pequeña espiga puede clavarse entre los dedos y llegar a provocar graves infecciones en sus patitas, llegando incluso a alcanzar el hueso.

Si hemos estado paseando por zonas donde había campos con los cereales crecidos sin cosechar, debemos revisar las patitas después de cada paseo. Debemos prestar especial atención si nuestro perro es de pelo largo, ya que las espigas quedan camufladas entre el pelo y tardamos en ver la herida.

  • Mordeduras o picaduras: Muchas veces solamente por el hecho de pisar sin querer algún pequeño insecto (avispa, araña etc..) pueden ser víctimas de su picadura.  En este caso deberemos actuar desinfectando bien la zona. Si se produce dolor o hinchazón es recomendable que visitemos al veterinario.
No olvidemos siempre, después de un largo paseo, revisar siempre sus patitas y asegurarnos de que están bien.

Causas de daño en las almohadillas plantares del perro

  • Temperaturas extremas del suelo

Como ya hemos comentado, el exceso de calor o frío puede generar quemaduras que cursan con dolor y llagas.

Si vamos a llevar a nuestro perro a la nieve es aconsejable llevar botines para proteger las almohadillas del frío.

En verano debemos salir sólo en las horas o lugares en las que el sol no incida directamente sobre el suelo.

  • Objetos punzantes

Es importante inspeccionar el terreno por donde vayamos a soltar a nuestro perro y asegurarnos de que está libre de objetos punzantes o cortantes. Son peligrosos y pueden causar heridas graves.

  • Baños largos

Si a nuestro perro le encanta nadar, debemos sacarlo del agua cada 10-15 minutos. Si lo dejamos más tiempo, sus almohadillas se reblandecen y, al salir del agua, solo con el roce con el suelo al andar, puede provocar peladuras, que cursan con heridas y consiguiente dolor.

¿Cómo podemos evitarlo?

 

Si hemos leído atentamente el artículo sabremos anticiparnos y, evitar así, situaciones desagradables.

No obstante, una buena hidratación nos va a ayudar siempre a mantener sus almohadillas suaves, fuertes e hidratadas.

Existen productos en el mercado específicos para tal función.  Es importante asegurarnos que sean productos 100% naturales ya que, en caso contrario, si nuestro perro los lame podrían ser perjudiciales para su salud.